Alguien dijo una vez “creo que si miramos siempre al cielo terminaríamos teniendo alas” al principio sonreí pero ese pensamiento revoloteó como una mariposa en mi cabeza por días. Lo cierto es que el conocimiento es como una oruga que necesita pasar por varios procesos, conocimiento es poder, pero sin comprensión y sin sabiduría es limitado y hasta peligroso. Por tanto, conocer siempre te llevará al capullo de la reflexión. Tú no actúas efectivamente desde donde sabes, sino desde donde comprendes, y no emprendes, o sea abres tus alas, hasta que entiendes tu propósito. ¿Para que sabes lo que sabes? ¿Lo que sabes te alcanza para llegar a donde debes llegar? ¿Quien estás siendo se alinea a tu propósito? ¿Lo que estás haciendo te acerca a ello? ¿Lo que vas a hacer con lo que sabes te promueve en la dirección correcta? Lo cierto es que tus alas están en tu corazón y no importa cuantas primaveras pasen si el invierno lo llevas dentro. Eres más de lo que piensas, mejor de lo que crees y tienes un camino lleno flores por descubrir... no todo es como parece, no todo es como te han hecho creer, pero toda la verdad de Dios está en movimiento para que seas quien has sido llamada a ser. Nadie puede ver el futuro con su vieja naturaleza, y todos piensan bajo la influencia de la naturaleza que les gobierna; al abrir los ojos también abrirás las alas, Efesios 17-22, y al abrir las alas se abrirán los cielos!
-Lucy Cosme