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Saca la astilla de tu mano


Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

Hebreos 11:1


El otro día leí esta cita “La duda es como tener astillas en la mano de la fe.” y pensé esto es tan cierto, cuando tenemos una astilla en los dedos o en cualquier parte de nuestras manos nos duele y es muy incómodo. Nos volvemos incapaces de funcionar correctamente hasta que salga esa astilla. Lo mismo ocurre con la duda. La duda es un sentimiento de incertidumbre que nos deja sin saber qué pasará o cuál será el resultado de lo que sea que estemos atravesando en nuestra vida. Incluso podemos dudar de nosotras mismas como mujeres, madres, esposas, etc., podemos sentirnos inadecuadas. La duda viene en todas las formas y es como una astilla persistente que nos lleva a estresarnos, frustrarnos e incluso vivir con temor. Cuando la duda entra en nuestra vida debemos vencerla con nuestra fe y sabemos que la fe es por lo cual estamos llamadas a vivir como mujeres de Dios. La fe es lo que nos impulsa y nos ayuda a vivir en paz en medio de nuestras circunstancias y vida diaria o en ese desafío inesperado que se nos presenta. La fe no es un sentimiento como lo es la duda, la fe es la confianza total en saber que Dios hará lo que dice que hará. Así que sacate la astilla de la mano y confía en el Señor Él sabe lo que está haciendo.



Pues vivimos por lo que creemos y no por lo que vemos.

2 Cor 5:7



Cuando se la pidan, asegúrense de que su fe sea solamente en Dios, y no duden, porque una persona que duda tiene la lealtad dividida y es tan inestable como una ola del mar que el viento arrastra y empuja de un lado a otro. 7 Esas personas no deberían esperar nada del Señor;

Santiago 1:6


Les digo la verdad, ustedes pueden decir a esta montaña: “Levántate y échate al mar”, y sucederá; pero deben creer de verdad que ocurrirá y no tener ninguna duda en el corazón.

Marcos 11:23



-Carolina Pflucker

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