“Para que sean intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y depravada. En ella ustedes brillan como estrellas en el firmamento,”
Filipenses 2:15 NVI
Una noche así nos habla de una noche espectacular llena de promesas. En Los Angeles, Ca tenemos un paseo de la fama que cuenta con placas en forma de estrellas, (2000+) cada una porta un nombre de cierto personaje, que ha sobresalido por sus logros destacados, en la industria, ya sea de la radio, cinematografía, teatro, televisión o música. Cada Junio se junta un comité para seleccionar ganadores y nombrarles, como “Un bien cultural e histórico”. Miles de años atrás, Dios nos habla sobre “sus estrellas”,
nos anima a verlas. “Alcen los ojos y miren a los cielos: ¿Quién ha creado todo esto? El que ordena la multitud de estrellas una por una y llama a cada una por su nombre. ¡Es tan grande su poder, y tan poderosa su fuerza, que no falta ninguna de ellas!” Vemos también que usa las estrellas, en una noche bella, para darle una promesa a su gran amigo Abraham diciéndole: “Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente." Génesis 26;4 Y hoy por hoy como hijos de Abraham en la Fe, se nos dice que podemos resplandecer como esas estrellas, al tomar la actitud de Jesús, el hijo de Dios, amando, sirviendo, sin quejas, sin murmuraciones de la providencia de Su Padre.“Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.” Daniel 12:3
Estas estrellas de Dios, diferentes una de la otra, van más allá de un bien cultural e histórico. Cada estrella es única, tiene su nombre propio, es importante, sostenida con poder y fuerza por el Dios que la creo, brillando intensamente para su generación.
“Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria.” 1 Corintios 15:41 RVR1960
Ver las estrellas en el suelo es admirable pero ver las estrellas de Dios en el Cielo es Divino, majestuoso, impresionante, sublime, porque vemos la promesa cumplida, lo divino y lo humano en común acuerdo, unidos en el amor del Eterno, brillando con esa luz que alumbra el caminar del ser amado por Dios, el ser humano, tu y yo.
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