“La palabra de Jehová vino a mí, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Veo una vara de almendro. Y me dijo Jehová: Bien has visto; porque yo apresuro mi palabra
para ponerla por obra.”
Jeremías 1:11
Las estaciones del año son fascinantes. Cada una tiene algo especial. Hace tiempo viajé al este del país y tuve la oportunidad de experimentar el invierno. Con ello tuve que aprender a manejar en la nieve, no vi el sol por una semana. Tuve la oportunidad de ver árboles sin hojas, de repente vino a mi mente este pensamiento: El árbol tiene vida, simplemente se está preparando para florecer. El capítulo 1 de Jeremías nos muestra cómo el profeta no se sentía capacitado. De repente vio una vara de almendro. Los árboles de almendra tienen resiliencia, es decir, que son capaces de adaptarse mediante un mecanismo para recuperar su estado inicial en el verano, por eso cuando el invierno está a punto de terminar, son los primeros que comienzan a florecer y a dar fruto. Podemos ver flores entre la nieve.
Mujer, quizás todavía haya algunas tormentas en tu vida, pero Dios quiere que seas como ese almendro y comiences a florecer en medio de la adversidad que muchas veces se siente como una tormenta de nieve. El invierno está a punto de terminar, viene una nueva temporada. No esperes que otras lo hagan primero, despierta como ese almendro y comienza a trabajar en los planes maravillosos que Dios tiene para ti.
