Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Hebreos 11:1
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Hebreos 11:1
RVR 1960
Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón. Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible. Por la fe celebró la pascua y la aspersión de la sangre, para que el que destruía a los primogénitos no los tocase a ellos. Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados. Hebreos 11:24-29 RVR 1960
¿Por qué escogió Moises sufrir aflicción? ¿Por qué dejó su comodidad y placeres? Él tuvo que tomar una decisión y escogió vivir una vida que era desconocida. Él escogió una vida de fe, una vida donde dejó todo lo que el conocía y su comodidad, para cambiarlo por una vida mejor que él sabía existía por fe. Moisés no se enfocó en el presente sino que sus ojos estaban puestos en el futuro, él creyó las promesas de Dios y él pudo ver y visualizar la tierra prometida, la tierra donde fluye leche y miel.
La clase de decisión que Moises tomó no es una decisión basada en sentimientos o emociones, es más bien basada en fe, verdad y convicción. Tal vez tú tienes que tomar una decision hoy, y es una decisión díficil de tomar y tienes temor. Quiero decirte que es importarte que le pidas a Dios que aumente tu fe. Porque cuando nuestra fe es fuerte no da lugar al temor. La fe en Dios y su amor consume todo nuestro temor. Debemos tener presente que una fe que va en aumento es una fe que nos recuerda Quién es el creador de los cielos y la tierra y que tomó tiempo para nombrar cada estrella en el firmamento. ¡El Dios vivo está cuidando de ti! Qué hermosa promesa que tenemos, Él, que no duerme cuida de nosotros. Señor Jesús, ayúdanos a poner nuestra confianza siempre en ti y no en nuestras emociones.
-Carolina Pflucker