Una de las cualidades que más me enorgullece de ser mujer es la manera que Dios nos hizo multitaskers, es decir, que tenemos diversos roles y varios sombreros, y que podemos estar haciendo muchas cosas a la vez. Aunque, algunas veces te has sentido como que haces mucho pero no haces nada? Parece que no ves el resultado de tus esfuerzos y te causa frustración, desilusión, desesperación.
Meditemos en Proverbios 9:11 y 12. Dice que la sabiduría multiplicará tus días y te dará más años. A primera vista podríamos asumir que significa lo mismo, es decir, que vas a vivir mucho tiempo. Sin embargo, una cosa es multiplicación de días y la otra es la añadidura de años. ¿Cómo se multiplican los días? La multiplicación ocurre cuando hay un mayor retorno en tu inversión; le sacas más provecho y te rinde más tu día. Sabes que a todo ser humano se le dan las mismas 24 horas al día. Es la sabiduría de Dios la que multiplica tu efectividad.
Dice Eclesiastés 10:10, “Si se usa un hacha sin filo hay que hacer doble esfuerzo, por lo tanto, afila la hoja. Ahí está el valor de la sabiduría: ayuda a tener éxito”. Podrás cortar más árboles con un hacha afilada que con un hacha desafilada usando la misma fuerza. Tus resultados serán multiplicados con el mismo empeño y esfuerzo. Esa hacha afilada es la sabiduría de Dios. Hay una frase en inglés que dice, Work smarter, not harder (trabaja más inteligentemente y no más arduamente). La sabiduría de Dios está en Su Palabra y nos ahorra años de prueba y error así como de malas experiencias. Descansemos y disfrutemos del fruto de la sabiduría, porque últimamente, seremos nosotras quienes se beneficien.
