Te habrás dado cuenta que todas tenemos diferentes reacciones cuando se nos presentan situaciones difíciles. Hay quienes tiran la toalla y viven una vida frustrada y truncada, y hay quienes se esfuerzan, toman valentía, llegan a la meta y ven hechas realidad sus promesas. Lo peor que podemos hacer es atemorizarnos. Pensar que Dios nos ha abandonado o que estamos solas. ¿Por qué? Porque el temor nos paraliza, exagera la realidad, nos roba nuestros sueños y propósitos al sentir que Dios no está con nosotras.
Recuerda esto antes de abandonar cualquier meta: Lo peor que puedes hacer es no hacer nada.
¡Cobra ánimo! ¡Suelta el miedo! ¡Corre por tu promesa! ¡Dios ha prometido que Él va contigo, no te ha abandonará ni te ha desamparará! Y con Él todo lo puedes lograr.
-Raquel Gutierrez
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