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¡Sí, acepto!



“Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios,[a] ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor”. Romanos 8:38-39


Prometo serte fiel en la pobreza ó en la riqueza, en la salud y en la enfermedad, y prometo serte fiel hasta que la muerte nos separe. Esas son las cosas que aceptamos cuando nos casamos. Estamos tan ansiosos que no prestamos atención y decimos “Sí, acepto”. Todo esto se escucha muy bonito hasta que la pareja pierde el trabajo o se enferma. Me puse a reflexionar en todo eso mientras leía Romanos 8:38 porque Pablo estaba convencido que nada, absolutamente nada, podía separarlo del amor de Dios.


En nuestro caminar con Dios llegan muchos problemas, cada uno de ellos está diseñado para acercarnos a Dios, pero a veces éstos nos alejan de Él. Debemos aprender de Pablo y tener esa convicción de que Dios no nos dejará.


Dios mío, prometo serte fiel en salud o en pandemia, si asisto a la iglesia en persona o si la veo por internet, voy a confiar en Ti aunque no me des lo que te pido, prometo ser agradecida siempre y nada ni nadie me podrá separar de tu inmenso amor. Estaremos juntos aun después de la muerte.


-Evelyn Gastelum


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