Cuando se le juzga a una persona por algún mal acto y el juez da sentencia de cárcel, significa qué tal persona vivirá por un tiempo en un cuarto frío con barrotes, que le impedirán disfrutar y decidir cómo y que hacer con sus días, habrá perdido su libertad.
Muchas veces nosotros mismos estamos creando nuestras propias cárceles, vivimos paralizados, encerrados en nuestros pensamientos y creencias con las cuales crecimos y nos da miedo un cambio, peor aún, a veces en esa misma carcel privada-personal, hasta nos ponemos cadenas que nos impiden dar un paso hacia adelante y nos quedamos sin avanzar.
No disfrutamos el presente que Dios nos otorga día a día, el cuál de por si ya trae su propio afán y retos diarios, como para todavía añadirle barrotes y ponerle cerrojo que nos impide salir de nuestra cueva. Cuando conoces la Palabra de Dios, te das cuenta que El, tiene planes tan perfectos para nuestras vidas, planes de bien, que El es nuestra paz en medio de adversidades, que jamás nos abandona. Entonces porque hemos de temer? Si Él promete llevarnos de victoria en victoria, sólo en El, sólo de Su mano. Así que hoy, vamos toma fuerzas de lo Alto y rompe en el Nombre de Jesús esas cadenas y quita los cerrojos, abre esa puerta, mira hacia arriba y camina en lo nuevo que Dios tiene para ti!
“Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el SEÑOR —. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza.”
Jeremías 29:11 NTV
- Armi Baez
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